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«Es normal que los niños estén irritables», explican los psicopedagogos ante la vuelta al cole tras el parón navideño

  • 17-1-2024 | Carlos Madrid Espinosa
  • En los alumnos de los primeros cursos de Educación Infantil, podemos observar expresiones emocionales similares a las experimentadas durante el período de adaptación tales como angustia, ansiedad o inseguridad.
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Aunque las vacaciones de navidad son más cortas que las del verano, a los niños les suelen afectar. Son momentos en los que ven muy alteradas sus rutinas y que viven con muchos nervios y estrés: cambios en la alimentación y en el sueño, días de mucha actividad y la emoción de los regalos pueden hacer que la vuelta al cole tras las vacaciones no haya sido sencilla para algunos de ellos.

«A todo esto, se une que los niños tienen una percepción del tiempo muy diferente. Por lo que, aunque el parón haya sido dos semanas, ellos lo sienten como si hubieran sido mucho más. Es un apagar y encender muy rápido, por lo que casi no hay tiempo de adaptación de una realidad a la otra», cuenta a Cuadernos de Pedagogía Juan José Millán, psicopedagogo de Área 44 Servicios Educativos.

Teresa Morales, psicopedagoga y coach para estudiantes de la Clínica Dra Teresa Aparicio, cree también que es normal que les afecte la vuelta al cole. «Disponer de menos tiempo compartido con sus padres y madres, la limitación de los momentos de juego y, en algunos casos, de exposición a pantallas, hace que encontremos a los niños más irritables. Además, en los alumnos de los primeros cursos de Educación Infantil, podemos observar expresiones emocionales similares a las experimentadas durante el período de adaptación tales como angustia, ansiedad o inseguridad», cuenta.

Irritabilidad, enfado o falta de sueño

Por ello, no es de extrañar que muchos alumnos hayan vuelto al colegio más cansados de lo normal, que estén más irascibles y que les cueste más concentrarse. «Lo más frecuente es que estén muy irritables, tanto en la escuela como en casa. También es muy probable que estén más enfadados y que rechacen aspectos de la rutina. Además, se da la situación de que este año los reyes cayeron en sábado y la vuelta al cole fue el lunes, por lo que no han tenido mucho tiempo para jugar con los regalos. Algo que puede empeorar todo», cuenta Juan José Millán.

Unas palabras que también defiende Merce Feijoo, creadora y directora del centro psicopedagógico Pediocare. Para ella es normal que les cueste levantarse por la mañana, dado que ha habido un gran desajuste en sus costumbres escolares. «Hay niños a los que les puede generar frustración. También pueden acusar mucho el hecho de separarse de sus padres», explica.

Pero más que la falta de sueño, lo que van a notar son los cambios de hora. «Durante el curso lo normal es llevar un horario estricto, pero en estas fechas todo esto cambia. Y con ello, los biorritmos del cuerpo. Por lo tanto, no podemos pretender que los niños se adapten de un día para otro», añade la especialista.

La vuelta a la rutina, de manera gradual

«Tenemos que validar esos sentimientos porque es normal que estén más a gusto en casa que en el cole»

Si queremos que la vuelta a la rutina sea lo más sencilla posible, deberemos hacerlo de manera gradual. La psicopedagoga Teresa Aparicio recomienda, por ejemplo, ir a dormir un poco antes para tratar de acercarnos a la hora habitual y reducir la exposición a dispositivos electrónicos y los juegos estimulantes las horas previas a la hora de acostarles. «Si retomamos o introducimos la lectura compartida, puede ser un elemento motivador y facilitador de la vuelta a la calma para los niños», explica.

Además de estos pasos, para el psicopedagogo Juan José Millán es importante también la regulación de los ritmos alimentarios. «Es decir, ir adelantando la cena porque es la que va a marcar la rutina del sueño. A esto deberemos añadir una mentalización sobre qué rutina vamos a llevar. Y marcar una serie de expectativas, ya que estas facilitarán la vuelta al cole. Por ejemplo, hacer planes divertidos después de las clases. Estos les van a ayudar a volver a la rutina porque saben que después tienen un algo que les gusta».

Una vuelta a la normalidad que Merce Feijoo sostiene que debe hacer toda la familia. «Si los padres no han hecho ese tránsito, va a ser muy difícil que los niños lo lleven bien. Conviene que todos vayamos en bloque. Además, es muy importante no minar las ganas de volver a la rutina. Si decimos frases como que no quiero que se acaben las vacaciones o que no queremos volver a trabajar, nuestros hijos las van a adoptar».

Y añade: «Hay que estar atentos y escucharles. Tenemos que validar esos sentimientos porque es normal que estén más a gusto en casa que en el cole. Por eso es importante marcar otros puntos para que esas expectativas puedan ir enfocadas a generar satisfacción personal».

Si no queremos que el año que viene suceda lo mismo, Teresa Aparicio recomienda que «lo más importante es tomar conciencia de este hecho y valorar la posibilidad de anticiparnos. Igualmente, debemos valorar la repercusión que tiene para nuestros hijos e hijas, ya que puede variar en función de su edad y de sus características personales».

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