El documento tardará unos segundos en cargarse. Espere, por favor.
Paola Delbosco: «La docencia es un buen lugar p...
Tienda

Paola Delbosco: «La docencia es un buen lugar para construir el mundo»

Presidenta de la Academia Nacional de Educación de Argentina

Rosa López Oliván

Directora de I+D+i de la Fundación Trilema

Fotos: Fundación Varkey

Cuadernos de Pedagogía, Nº 546, Sección Entrevista, Octubre 2023, Cuadernos de Pedagogía

A veces las conversaciones que se desarrollan a través de las nuevas tecnologías son frías y distantes. El diálogo no fluye. Sin embargo, este encuentro en la distancia (más de 10.000 kilómetros nos separan) es cálido, ágil y espontáneo.

Nuestra invitada es doctora en Filosofía por la Universitá Degli Studi La Sapienza de Roma y profesora de Filosofía por la Universidad Católica Argentina (UCA). Como oradora ha participado en numerosos cursos y seminarios sobre temas de Ética, Educación y Familia. También es autora de numerosos artículos referidos a temas éticos de la filosofía contemporánea, coautora de ocho libros sobre ética, derechos humanos y liderazgo. En 2019 ha publicado el libro «Educar en la posmodernidad. Ideas e historias desde el aula».

Desde marzo de 2022, es presidenta de la Academia Nacional de Educación (ANE) de la República Argentina, una institución que trabaja para generar mejoras en la enseñanza en el país en todos los niveles formativos.

Sometimes the conversations that take place through new technologies are cold and distant. The dialogue does not flow. However, this meeting in the distance (more than 10,000 kilometers separate us) is warm, agile and spontaneous.

Our guest is a PhD in Philosophy from the Universitá Degli Studi La Sapienza in Rome and a professor of Philosophy from the Argentine Catholic University (UCA). As a speaker, she has participated in numerous courses and seminars on Ethics, Education and Family issues. She is also the author of numerous articles on ethical issues in contemporary philosophy, co-author of eight books on ethics, human rights, and leadership. In 2019 he published the book «Educate in postmodernity. Ideas and stories from the classroom».

Since March 2022, she is president of the National Academy of Education (ANE) of the Argentine Republic, an institution that works to generate improvements in education in the country at all educational levels.

Educador. Formación docente. Inclusión. Encuentro entre personas. Desafíos. Valor. Virtud. Memoria.
Teacher training. Inclusion. Meeting between people. Challenges. Worth. Virtue. Memory.

Encantada de entrevistarla para Cuadernos de Pedagogía. Nos gustaría conocerla un poco más. ¿Cuál ha sido su trayectoria vital?

Actualmente, doy clases de Deontología en la carrera de Comunicación de la Universidad Austral y de Ética en la Maestría en Gestión de la Comunicación en Organizaciones en la misma universidad. Anteriormente, durante treinta y seis años, impartí Historia de Filosofía Contemporánea en la Universidad Católica Argentina (UCA). Se trataba de grupos con los que se establecía una relación personal muy fecunda. A ellos les interesaban profundamente las ideas filosóficas que explicaba, cada una a su modo, hechos de la historia de los últimos dos siglos, pero también eran aptas para hacer comprensible el presente.

«La educación nos sitúa como educadores en un lugar privilegiado»

La educación nos sitúa como educadores en un lugar privilegiado: la trasmisión de lo bueno que hemos realizado y la advertencia respecto de lo malo que hay que evitar, tratando a los alumnos no como pasivos receptáculos de contenido, sino como protagonistas de su tiempo. Los educadores les damos lo necesario para el camino, y ellos conquistarán lo nuevo, atesorarán lo válido de lo anterior y evitarán —así lo esperamos— caer en los mismos errores que quienes los precedieron.

Dedicarse a la educación es construir un mundo mejor, enseñando contenidos que sean vitales, evitando la mera repetición de conceptos que no pasen fecundamente por su experiencia. No digo que haya que renunciar a dar contenidos, sino que estos contenidos estén puestos en un marco que les permita entender, a quienes aprenden, que les van a ser útiles para su vida. Para que puedan ubicarse activamente en el momento de la humanidad en el que le tocó nacer.

Creo, además, que uno los aspectos fundamentales de la tarea de educar, a la que me dediqué y me dedico aún, es extraer de la gente joven sus talentos, hacérselos visibles, potenciarlos y expandirlos, para que puedan ponerlos al servicio de una buena idea de humanidad.

Tiene usted una carrera dilatada en el ámbito educativo. ¿Cómo valora, dada su experiencia, la transición que ha sufrido la educación a lo largo de estos años y, sobre todo, en América Latina?

Soy italiana, así que mi formación de base es del Liceo Clásico italiano y la Universidad italiana. Me parece que en Italia no se presentaba la educación como un problema, pero ahora empieza a haber algunas diferencias y cierto descreimiento respecto de los contenidos. Acá en Argentina, y en América Latina en general, sobre todo después de los dos años de pandemia, se ha acentuado la diferencia entre las distintas escuelas. En la Argentina las escuelas privadas representan actualmente un 30% de la oferta educativa. No tengo nada contra ellas, pero si un chico o una chica empieza su diferenciación social desde la escuela inicial, creo que no le hace bien a la sociedad. Cuando uno elige la escuela para sus hijos de acuerdo a su bolsillo, habrá de entrada una segmentación social muy difícil de superar, lo quiere decir que la sociedad no está utilizando la educación como el órgano por el que crece de una manera armónica y justa.

Es cierto que los chicos nacen en cunas distintas, pero justamente la escuela era esa institución en la que esas diferencias se emparejaban o se intentaba que así fuera. Eso lo hizo Sarmiento que ya a finales del siglo XIX entendió que la educación tenía que ser para todos y tenía que ser obligatoria, para que no fuera simplemente un lujo para los que podían concedérselo, y dejara de lado a quienes debían entrar —prematuramente— en el ámbito laboral.

Hoy en día existe una segmentación enorme entre las escuelas estatales y las privadas, con un descenso de la calidad en las primeras, con algunas excepciones. ¿Cómo se puede revertir? Voy a nombrar a una persona que admiro y que fue ministro de Educación por un tiempo muy breve (1999-2001), Juan Llach, sociólogo y economista. Él sostiene que un estado que se preocupa por la equidad dirige sus esfuerzos, sobre todo, a las escuelas de las zonas con más carencias para compensarlas. Esta idea la recoge en su libro «El desafío de la inclusión educativa», muy interesante. Remarco que esa es una asignatura pendiente del país. Se dice, pero no se hace. Cuando Juan Llach fue ministro de Educación propuso esa reforma tan necesaria y tan acertada, pero el gobierno cayó, y esa propuesta no fue retomada.

Hay otra iniciativa que tiene bastante éxito. Se trata de una ONG, copiada de EEUU, que se llama Enseñá por Argentina, que propone a jóvenes que finalizan sus estudios universitarios a dedicar un año a la enseñanza en lugares desfavorecidos. Había 2.000 puestos y se apuntaron 5.000 chicos, lo que demuestra que la sensibilidad existe. El programa sigue vigente y trasmite la idea de que personas que han accedido a estudios superiores se interesan en el destino de quienes inician sus estudios secundarios, para animarlos —gracias a su entusiasmo juvenil— a estudiar y a formarse, porque esa preparación los situará en un lugar distinto, de mayor capacidad para transformar el país.

«Un docente piensa más en los conocimientos que tiene que transmitir y menos en el encuentro que hay que establecer»

Acá dicen que los políticos no se interesan en el tema de educación salvo en época electoral porque los resultados educativos no se recogen enseguida, sus frutos tardan años en verse. Puede ser, pero es una verdadera pena.

Habla usted del desafío que supone la inclusión, también de la responsabilidad con los compromisos para América Latina. ¿Algún desafío más para el siglo XXI?

Hablo de Argentina, que tiene la particularidad de ser un país con una enorme extensión territorial y una población de 46 millones, lo que muestra que hay grandes extensiones de territorio muy poco habitados o deshabitados. En este entorno, quizás uno de los principales desafíos de la educación, entendida como estructura de oferta de un servicio esencial, es llegar a la periferia, extendiéndose hasta cubrir los lugares más alejados.

Sería necesario implementar una especie de presencia estatal en los lugares más alejados para monitorear y garantizar que la educación llegue realmente a todos.

Ha dicho que cuando imparte clases «si no me late el corazón fuerte en ese momento, es decir, si no siento una emoción significa que me estoy mecanizando» ¿Me puede decir tres claves para adquirir esa emoción y transmitirla al alumnado para que se vea interpelado y se implique? ¿Es posible conseguirlo?

Voy a contar una historia que me sucedió cuando acudí a dar una charla sobre educación. En el descanso se me acercó una señora y me recordó que, en una conferencia mía en la que estuvo anteriormente, me había escuchado decir que la tarea de educar es primero un encuentro con personas, con el grupo y con cada uno, lo que implica que cada uno tiene derecho a existir frente a nosotros. Tienen derecho a nuestra atención particular. Entonces, me dijo que cuando entró al aula con esa idea, sintió que era realmente una docente, y los chicos le respondieron.

Un docente piensa más en los conocimientos que tiene que transmitir y menos en el encuentro que hay que establecer. Pero, ambos son esenciales. Por eso, solo una preparación profunda da entusiasmo, y solo de lo que uno sabe en abundancia se puede seleccionar lo más importante. Lo que nos lleva a plantearnos la importancia que tiene reforzar los institutos de formación docente.

«Existe una conexión intensa entre la emoción y la memoria»

Es necesario fomentar el aspecto humano, el encuentro entre personas. En el encuentro hay un intercambio, no igual, sino totalmente asimétrico. Desde las nuevas generaciones nos llega también a nosotros información, por ejemplo, de sus temores y de sus esperanzas. Esto, en el fondo, es una transmisión vital. Solo si me dejo inquietar por eso, los llevo a algo que les sirva.

La educación implica un encuentro entre personas y la transmisión de los contenidos depende de la autenticidad de ese encuentro. Ahora mismo, tengo cerca un libro de una filósofa que admiro mucho, Simone Weil (1909-1943), que participó en las luchas obreras en sus primeros años y después en las brigadas internacionales durante la Guerra Civil española. Su experiencia durante la guerra le hizo entender que «la justicia es una fugitiva del campo de los victoriosos»; es decir, que los que vencen en la guerra, muchas veces son injustos. En un texto, que es lo último que escribió y que se publicó póstumo gracias a Albert Camus, Weil asegura que si no existe simpatía entre personas no se pueden transmitir verdades.

En su libro Educar en posmodernidad, define la educación como «la actividad que abre las puertas para que cada persona en crecimiento no sólo descubra que es valiosa, no sólo perciba que tiene dones, sino que también tenga la oportunidad para desarrollarlos y para ponerlos generosamente al servicio de los demás» Toda una declaración de intenciones en favor de la personalización de la educación pero también en la incorporación de muchos valores, que recoge la filosofíacomo la equidad, solidaridad, empatía... ¿Cómo podríamos implementar esto en las escuelas?

Los valores se aprenden actuando, porque no son etiquetas ni cartelas, sino que son conductas que son buenas para quien las realiza, sin duda, pero simultáneamente son buenas para el entorno, para la comunidad. Uno vive un valor cuando le perfecciona y también al resto de los seres humanos. Por eso, la solidaridad, la sinceridad, el coraje, la justicia son nombres de este tipo de conductas. ¿Cómo se llega a realizarlos? Antes los antiguos hablaban de virtudes, ahora se habla menos. Pero, podemos decir que la virtud es el camino por el cual consolido un valor. El camino de la virtud se aprende con el ejercicio. El aula debe ser un espacio donde alguien muestra el camino. A veces, lo incluyo en voz baja, uno se presenta como ejemplo, sin embargo, los alumnos, sobre todo los adolescentes, nos muestran nuestras inconsistencias con precisión de relojeros.

Es usted partidaria de la memoria porque señala que «el contenido que no se repite, que no se ejercita, no se fija. Un curso sin ejercitación se olvida» ¿Qué importancia tiene la memoria en una época como la actual en la que existe tanto contenido a un click? ¿Cómo hacer que esa memoria sea significativa para el futuro de ese niño o niña? Y siguiendo con el uso de las nuevas tecnologías, ¿qué opina del uso de las mismas en el aula?

Una vez un alumno universitario le dijo a un profesor: «me estás pidiendo que te diga de memoria». A lo que el profesor contestó: «dime algo que no te acuerdes». El chico quedó perplejo porque, efectivamente, lo que decimos pasa por la memoria. Podemos recurrir a Google o a ChatGPT, pero ahí hay datos o estilos. Antes estaban en el libro, anteriormente en rollos o en la memoria del sabio de la aldea y, hasta que no pasaban a mi memoria, no eran míos. Hoy en día hay cuestiones muy detalladas que proceden de este tipo de soporte electrónico, pero la educación implica una serie de conocimientos que estén instalados en nosotros, por eso apela a la memoria. No podríamos buscar datos de lo totalmente desconocido. Tampoco podríamos percibir los errores de los medios electrónicos de almacenamiento de contenidos, que los hay, si no tuviéramos ningún contenido fijado en nuestra memoria.

La memoria no es rígida, y puede ser reforzada por lo afectivo. De hecho, existe una conexión intensa entre la emoción y la memoria. Esto nos lleva a considerar que una información se fija mejor si tiene relación con un episodio humano, porque entran en movimiento otros aspectos nuestros que impactan en lo cognitivo.

«Es necesario fortalecer en contenidos y convicción los lugares de preparación de los docentes, renovándolos en sus métodos y elevando la exigencia»

Es necesario ejercitar la memoria.Es práctico y útil que se ejercite alrededor de algo concreto que ayuda a recordar más, sin pretender el enciclopedismo.

En relación con la formación docente, usted ha comentado que «uno de los principales problemas reside en la escasa formación docente. No se puede enseñar con gusto lo que no se sabe en profundidad» ¿Cómo plantea usted esta formación?

Habría que robustecerlos, inyectar esta fiebre sagrada de la docencia como vocación, que alguien trasmita los contenidos vitalmente. El aprendizaje por proyectos funciona muy bien y en etapas superiores más.

Alguna vez se intentó elevar el nivel de los docentes exigiendo que se prepararan en la universidad en vez que en terciarios. Este intento chocó con la dura reacción de profesores de alto nivel, y después con los sindicatos. En Argentina los sindicatos son muy fuertes, hay más de 38 sindicatos docentes, muy combativos. En un estudio que hice el año pasado, conseguí entrevistarme con cuatro representantes de algunos de los sindicatos más potentes. Uno de ellos me comentó que en gran medida el abandono en carreras universitarias se debe a que las universidades no ponen a excelentes profesores en el primer año. Esto me pareció genial. Es una buena idea la de poner a alguien con una visión fuerte que te afirme en tu elección. Muchas veces, docentes sin tanta experiencia o preparación adecuada hacen peligrar la continuidad de los estudiantes que recién inician su carrera.

«La mezcla de culturas, religiones, puntos de vista diversos, también nos desafía a construir un espacio que nos reciba a todos, y nos permita interactuar»

Volviendo a tu pregunta, pondría a gente muy capacitada durante los primeros años, revisaría el currículum de materias, reforzaría la presencia de trabajos por proyectos, y elevaría la exigencia intelectual y de compromiso personal porque demasiadas veces la elección de la carrera de Magisterio se entiende como una salida laboral fácil, sin una clara vocación docente.

Es necesario fortalecer en contenidos y convicción los lugares de preparación de los docentes, renovándolos en sus métodos y elevando la exigencia.

¿Incluiría alguna asignatura nueva? Y en porcentaje, ¿cuánto le asignaría al prácticum?

Cuando en el aula se introduce un elemento nuevo, los chicos también desarrollan una actitud nueva. En algunas escuelas probaron dos maestros/as a la vez, porque tenían proyectos conjuntos y la atención, sobre todo durante los primeros momentos de la clase, estaba asegurada por la novedad.

Habría que fortalecer el reconocimiento de los temperamentos. Ahora hay toda una línea del estudio del carácter. Me interesa porque me interesan las personas. La musicóloga y experta en caracterología Magdalena Benedit ha escrito varios libros sobre el reconocimiento del temperamento para ayudar a losdocentes, y a las personas en general, a conocernos más en profundidad y a tratarnos de manera adecuada unos a otros. Aplico algunos de sus criterios en el aula y me sirven. Por ejemplo, ir a buscar a los que tienen un tiempo de reacción más largo. Si uno es conocedor de los temperamentos, busca a aquel que no levanta la mano en clase porque necesita mayor tiempo para su respuesta. Me atraen los secundarios, su misterio, y aprendí a no incomodarlos: los espero y recibo muy buenas respuestas.

Si uno conoce los temperamentos, garantiza que el acercamiento sea el apropiado, que no sea homogéneo, que no haya primeros alumnos o terceros, sino que cada uno de ellos sea valioso por lo que es, con sus diferencias y manejándolas de manera adecuada.

Añadiría aquí que el conocimiento de los rasgos es para mejorar la aproximación de los educadores a sus alumnos, no para clasificarlos. Etiquetar, estereotipa a las personas, y no les permite ser plenamente.

Por supuesto, la práctica docente es fundamental, acompañada por una eficiente tutoría de docentes más experimentados.

En esta época de incertidumbre, ¿cuáles son a su juicio las competencias que se deberían incorporar en las aulas para que los jóvenes se formen en las habilidades que requiere el presente y sobre todo el futuro?

Dentro de las habilidades, el trato interpersonal es fundamental. El aula es un pequeño mundo donde somos propensos a la comparación, porque hay personas de la misma edad, con lo cual la comparación está siempre al alcance de la mano, lamentablemente. Más alto, más bajos, etc, y eso es la base para el rechazo o la ridiculización. Por eso, una primera habilidad que se extrae del aula es la capacidad de convivir de una manera sana. No digo que no podamos reírnos de nosotros mismos, pero no reírnos de los demás sin incluirlos, no objetivando al otro.

Un lugar donde se pueden ejercer liderazgos, pero que no sean negativos, como el bullying, donde alguien se une al que tiene la iniciativa del ataque, y se une solo para no ser atacado.

En el aula, lo primero es el ejercicio de la justicia que depende del adulto a cargo, y después la habilidad para convivir, rescatando las capacidades de cada uno y haciendo resaltar en actividades esas cualidades ocultas, porque el aula puede hacer desaparecer talentos en la medida que es solo el lugar de la comparación.

Además, haría un aprendizaje que me sensibilice y me responsabilice del sufrimiento del otro o de la carencia del otro.

Muchos de nuestros lectores son profesores jóvenes que aún están en la universidad. Algunos de ellos están muy entusiasmados por convertirse en maestros en un futuro próximo. ¿Qué les diría?

La docencia es un buen lugar para construir el mundo. Sigan firmes en esa elección porque de todos depende un mejor mundo, más habitable. Hoy parece que esta tarea se nos complica porque nos mezclamos más que antes, somos ya sociedades menos homogéneas. Sin embargo, la mezcla de culturas, religiones, puntos de vista diversos, también nos desafía a construir un espacio que nos reciba a todos, y nos permita interactuar.

Debemos apoyarnos, más allá de las diferencias, en nuestra común humanidad, por la que compartimos características como, por ejemplo, el hecho de que somos seres corpóreos, que somos capaces de la reflexión, que expresamos nuestros sentimientos, que tenemos neuronas espejo que nos hacen vibrar con el otro y, finalmente, que hay una gramática universal, como dice Noam Chomsky. Todo esto nos hace pensar que, a pesar de las diferencias, nos une el hecho mismo de ser humanos.

Muchas gracias, profesora. Ha sido un honor contar con usted en Cuadernos de Pedagogía.

Muchas gracias por invitarme.

Queremos saber tu opiniónNombreE-mail (no será publicado)ComentarioWK Educación no se hace responsable de las opiniones vertidas en los comentarios. Los comentarios en esta página están moderados, no aparecerán inmediatamente en la página al ser enviados. Evita, por favor, las descalificaciones personales, los comentarios maleducados, los ataques directos o ridiculizaciones personales, o los calificativos insultantes de cualquier tipo, sean dirigidos al autor de la página o a cualquier otro comentarista.
Introduce el código que aparece en la imagencaptcha
Enviar
Subir

Búsqueda en Hemeroteca

Autor
Autor
Nivel Educativo
Nivel Educativo
Sección
Sección

Últimos títulos publicados